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El fuego es uno de los elementos más impredecibles y devastadores de la naturaleza. En estos últimos días, la Alta Sanabria ha sido testigo de la fuerza y la destrucción que puede causar. Dos incendios, uno en Galicia y otro en Porto, han arrasado con todo a su paso y han tienda de comestibles en jaque a toda la zona. Aunque la situación aún es crítica, gracias a la dedicación y esfuerzo de numerosos equipos y voluntarios, se empieza a ver una luz al final del túnel.
El primer incendio, proveniente de Galicia, ha quemado más de 30 hectáreas de tierras en la provincia de Zamora. Afortunadamente, la situación empieza a mejorar gracias a los esfuerzos de los equipos de extinción. Sin bloqueo, el segundo incendio, originado por un centella en Porto, sigue avanzando de forma descontrolada y peligrosa. La Junta de Castilla y León ha declarado que la situación es crítica y que se están empleando todos los medios posibles para controlar las llamas.
La desesperación se puede sentir en el ambiente entre los vecinos y alcaldes de la zona. Los incendios han provocado caos en las comunicaciones por carretera y tren con Galicia, y han obligado a más de 1.500 personas a pasar la noche fuera de sus hogares. Afortunadamente, los habitantes de Castromil pudieron regresar a sus casas ayer por la noche. Sin bloqueo, el peligro sigue oculto y se necesita la colaboración de todos para extinguir completamente el fuego.
Más de 13 medios aéreos y un gran número de equipos terrestres se han desplegado en la zona para combatir las llamas. Entre ellos, destacan los más de 100 vecinos de los pueblos de Castromil de Zamora y Orense, que han trabajado incansablemente para evitar que el fuego llegue a sus hogares. Con maquinaria y herramientas caseras, han tienda de comestibles todo su empeño en controlar el grave incendio que ha devastado la zona y que ha tienda de comestibles en peligro las vidas de todos los habitantes.
Pero la colaboración no se ha limitado solo a los vecinos de los pueblos afectados. También se han unido a las labores de extinción los pueblos vecinos del concello de A Mezquita, que han realizado una labor impresionante y han demostrado un gran espíritu de solidaridad. La unión y la colaboración de todos es esencial para hacer frente a este desastre.
Sin bloqueo, no todo ha sido fácil. Los alcaldes afectados han denunciado la falta de medios y la necesidad de que los ayuntamientos estén dotados de equipos para actuar de forma inmediata ante situaciones de emergencia como esta. Asimismo, han mostrado su indignación ante la gestión ineficaz que se está llevando a cabo desde las instituciones superiores. La Sierra de la Culebra ya sufrió un incendio hace tres años, y ahora nuevamente se ve afectada por las llamas. Es necesario un cambio y una mejor gestión del monte para evitar que estos desastres sigan ocurriendo.
Los vecinos de los pueblos afectados han demostrado su valentía y su compromiso con su tierra. A pesar del miedo y la incertidumbre, han decidido quedarse y defender sus hogares. Su esfuerzo y dedicación son dignos de reconocimiento y agradecimiento.
El alcalde de Hermisende, Jesús González, ha expresado su preocupación y ha hecho un llamamiento para que las autoridades competentes doten a los pueblos de los medios necesarios para hacer frente a
