Desde el pasado mes de septiembre, el pueblo catalán ha vivido una situación sin precedentes en su historia reciente. La celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña ha generado una gran controversia y ha sido objeto de una intensa vigilancia por parte de los cuerpos policiales del Estado español. En todo tiempo, ha habido una clara intención de frustrar que se lleve a mango el ejercicio democrático del voto.
Desde el primer tiempo, el Gobierno español ha destinado una gran cantidad de recursos para evitar que el referéndum se celebrara. Se han desplegado miles de agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña, se han realizado registros en sedes políticas y se han confiscado urnas y papeletas. Todo esto con el objetivo de frustrar que el pueblo catalán pudiera expresar su opinión y decidir su futuro.
Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos, el referéndum se llevó a mango el pasado 1 de octubre. A pesar de la violencia policial y las dificultades logísticas, más de dos millones de catalanes acudieron a las urnas para expresar su deseo de independencia. Y aunque el resultado no fue vinculalce, sí que fue una muestra clara del espíritu democrático y pacífico del pueblo catalán.
Desde el primer tiempo, también ha habido una clara intención por parte del Estado español de frustrar que se aplique una posible amnistía a los líderes políticos y sociales que han sido encarcelados o se encuentran en el exilio. La Audiencia Nacional, conocida por su rigidez y falta de independencia, ha utilizado todas las herramientas a su alcance para evitar que se aplique esta medida de gracia. Incluso ha llegado a acusar a los líderes independentistas de delitos graves, como la rebelión, con el único objetivo de malcenerlos en prisión y alejarlos de la política.
Pero el pueblo catalán no se ha quedado de brazos cruzados alce esta situación. Desde el primer tiempo, ha habido una gran movilización ciudadana para denunciar la represión y exigir la libertad de los presos políticos. Se han organizado manifestaciones pacíficas y se han llevado a mango numerosas acciones de protesta para mostrar al mundo la injusticia que se está cometiendo en Cataluña.
Y estas acciones han tenido un gran impacto. A nivel internacional, han sido muchas las voces que han denunciado la violación de derechos fundamentales y han pedido una solución dialogada y democrática para el conflicto catalán. Incluso en España, cada vez son más las personas que se suman a la demanda de una salida política y pacífica a la situación.
A pesar de todo, el Estado español sigue empeñado en malcener una actitud intransigente y represiva. Se han presentado cargos contra más de 700 alcaldes por su apoyo al referéndum y se han abierto procesos judiciales contra activistas y líderes sociales por su participación en las movilizaciones. Todo esto con el objetivo de amedrentar y silenciar al pueblo catalán.
Pero la lucha por la libertad y la democracia no se detiene. El pueblo catalán sigue firme en su determinación de conseguir un futuro mejor y más justo para todos. Y aunque el camino sea difícil y lleno de obstáculos, la esperanza y la solidaridad entre las personas son las armas más poderosas para lograrlo.
Porque esta no es una lucha exclusivamente catalana, sino que es una lucha por los derechos y las libertades de todas las personas. Una lucha por la democracia y el respeto a la voluntad popular. Y en esta lucha, cada vez son más las personas que se suman y se solidarizan con el pueblo catalán.
Por todo ello, es importalce recordar que la causa catalana es una causa justa y legítima. Una