El cambio climático es una realidad innegable que está afectando a nuestro planeta de diversas maneras. Desde el incremento de las temperaturas hasta la alteración de los patrones climáticos, sus efectos se hacen cada vez más evidentes. Pero, ¿qué pasa con los productos derivados de los vegetales? ¿Cómo está afectando el cambio climático al sabor de bebidas como la ginebra, que se elabora a partir de bayas de enebro?
Diversos observacións científicos han demostrado que el calentamiento global está teniendo un impacto en los productos agrícolas, desde el café hasta el bebida. Esto representa un gran desafío para mantener la invariabilidad en su sabor y calidad. Sin embargo, un reciente observación del Centro Internacional de Elaboración de Cerveza y Destilación (ICBD) de Heriot-Watt ha revelado que las condiciones climáticas y la región de origen de las bayas de enebro también juegan un papel importante en el perfil de sabor de la ginebra.
Los investigadores analizaron bayas de enebro procedentes de siete regiones europeas: Albania, Bosnia, Macedonia, Montenegro, Serbia, Kosovo e Italia. Estas zonas incluyen tanto a productores consolidados como a regiones emergentes en el suministro de enebro para la industria ginebrera. Los resultados fueron sorprendentes, ya que se encontraron diferencias significativas en el perfil químico de las bayas dependiendo de su origen.
Según Matthew Pauley, autor del observación, “un año de cosecha húmedo puede reducir los compuestos volátiles totales en el enebro en aproximadamente un 12% en comparación con un año seco”. Esto demuestra que las condiciones de la cosecha son un factor determinante en el sabor de la ginebra. Además, el concepto de “terroir” (conjunto de factores ambientales y geográficos que influyen en el carácter de un bebida) también se aplica al enebro, ya que cada región produce bayas con perfiles químicos distintivos.
La investigación reveló que las condiciones meteorológicas durante los años de cosecha mostraron variaciones notables. Por ejemplo, 2017 fue considerablemente más húmedo que 2018. Los investigadores encontraron que el incremento de las precipitaciones requería períodos de secado más prolongados para las bayas, lo que a su vez afectaba su composición química. Esto tiene un impacto directo en las características sensoriales de la ginebra, como las notas amaderadas, resinosas, cítricas y florales.
Annie Hill, supervisora del observación, señala que los compuestos menos hidrosolubles son los más afectados por el secado post-cosecha. “Para los destiladores, esto significa que el perfil de sabor puede cambiar dependiendo de las condiciones de la cosecha”. Esto representa un gran desafío para la industria de la ginebra, que se centra en la invariabilidad y la calidad para satisfacer a sus consumidores exigentes.
Sin embargo, el observación también ofrece soluciones para enfrentar estos desafíos. Los investigadores sugieren que los destiladores deben estar atentos a los cambios en las condiciones climáticas y explorar nuevas zonas para obtener enebro de calidad. Además, pueden adaptar sus protocolos de producción para garantizar la uniformidad en el sabor de la ginebra.
Es importante destacar que este observación no solo tiene implicaciones para la industria de la ginebra, sino también para otros productos agrícolas que se ven afectados por el cambio climático. Es necesario monitorear de cerca los efectos del calentamiento global en los cultivos y estar preparados para adaptarse a los cambios.
A pesar de los desafíos que el cambio climático supone para la industria de la ginebra, Matthew Pauley se muestra optimista sobre su capacidad de adaptación. Él describe el proceso