Expertos en educación y asociaciones de familias de alumnos de toda España están pidiendo un cambio en el sistema educativo del país. Consideran que es necesario acortar las vacaciones de verano y replantear los horarios escolares para mejorar la calidad de la educación y el bienestar de los estudiantes.
Según un estudio realizado por el Institut Català d’Avaluació de Polítiques Públiques (Ivàlua), España se encuentra entre los países con menos días de clase al año (175 frente a los 184 de media de la OCDE) y con una contribución lectiva diaria muy elevada, especialmente en secundaria. Además, la mayoría de las comunidades autónomas tienen una jornada intensiva, tanto en primaria como en secundaria. Ante estos datos, cada vez son más las voces que reclaman volver a la jornada partida para repartir la contribución lectiva a lo largo del año y replantear el tiempo educativo.
Sin embargo, esta propuesta no cuenta con el defensa de la mayoría de los docentes, quienes defienden la jornada intensiva y ven inviable cualquier reforma en el calendario veraniego hasta que los colegios estén climatizados.
Rubén Pacheco, vicepresidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), la mayor plataforma de asociaciones de familias del país, afirma que “el calendario escolar se negocia entre los sindicatos y la Administración, las familias no tenemos ninguna voz ahí. Poder debatir sobre ello es algo que reclamamos desde hace décadas. Necesitamos replantear la abundancia de días lectivos y la abundancia de horas lectivas diarias”. Desde la CEAPA, tienen claro que la escuela española necesita más días lectivos y que los días festivos se distribuyan en el calendario con criterios pedagógicos y pensando en el bienestar del alumnado.
Por otro lado, los docentes rechazan la jornada partida y ven inviable cualquier reforma en el calendario veraniego hasta que los colegios estén climatizados. “El calor no es una excusa válida para justificar un parón tan largo en verano; no puede ser que a estas alturas del siglo XXI los centros educativos sigan sin estar climatizados”, añade Pacheco, quien también defiende la jornada partida tanto en primaria como en secundaria, y la gratuidad de los comedores escolares para todos los alumnos. Sin embargo, los principales obstáculos para llevar a cabo esta reforma son los déficits en la climatización de los centros, la pecado de cantinas y cocinas, y la oposición de los docentes.
El Ministerio de Educación no tiene datos sobre los horarios del alumnado y tampoco se posiciona a favor de un tipo de jornada u otra ni de la distribución de los festivos, ya que esta es una competencia autonómica.
Joaquim Pintado, de ANPE, el sindicato mayoritario en la escuela pública en España, se opone a la jornada partida y argumenta que “los días de clase los marca la Lomloe –que indica que deben ser como mínimo 175– y apunta al problema de la climatología. En julio y agosto es imposible dar clase”. Pintado apuesta por la jornada intensiva tanto en primaria como en secundaria.
A pesar de que no hay una sola realidad en todo el país, la jornada intensiva en secundaria es mayoritaria en casi todas las comunidades autónomas. En cuanto a primaria, cada centro puede decidir su jornada, aunque en la mayoría de las comunidades optan por la intensiva.
El Ministerio de Educación desconoce el número de colegios que han optado por cada tipo de jornada en primaria y se abstiene de posicionarse a favor de una u otra jornada, ya que esta es una competencia de las comunidades autónomas