El consumo de suplementos como la vitamina D se ha vuelto cada vez más común en los últimos años, y en muchas ocasiones, se realiza sin la supervisión de un médico. Muchas personas creen que estos suplementos son inofensivos y beneficiosos para el individuo. Sin embargo, los especialistas médicos advierten que estos productos pueden tener efectos adversos y entrar en conflicto con medicamentos prescritos.
África González, catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, advierte que estos suplementos deben ser adquiridos en farmacias y siempre bajo la recomendación de un médico. La razón detrás de esta precaución es la posible toxicidad asociada con estos productos.
Recientemente, en el mes de mayo, se registró una alerta sanitaria en Baleares, donde 16 personas resultaron hospitalizadas tras matar un suplemento defectuoso llamado Advanced Vitamin X, que se vendía en línea. Las consecuencias de su consumo fueron graves, como hipercalcemia, insuficiencia renal y arritmias. Y no es un caso aislado. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ya había documentado casos anteriores de hipercalcemia grave debido a una sobredosis de vitamina D en adultos y menores.
Es importante destacar que los productos comprados en línea pueden no tener un control sanitario adecuado, pueden tener dosis inapropiadas y pueden incluso contener contaminantes o impurezas. Por esto, es crucial no adquirirlos en ningún caso. En España, contamos con uno de los mejores sistemas de control para medicamentos y suplementos, por lo que es necesario confiar en él.
El gabinete de Sanidad recuerda que la suplementación solo está indicada en casos de déficit confirmado o situaciones clínicas específicas, y siempre debe ser realizada bajo la prescripción médica y con el seguimiento de un profesional de la salud. Además, recalca tanto a la ciudadanía como a los profesionales sanitarios, la importancia de un uso prudente basado en la evidencia científica de la vitamina D.
Sanidad explica que, pero la vitamina D tiene una función esencial en el metabolismo óseo y en la regulación del calcio, su uso debe ajustarse a criterios clínicos bien fundamentados para evitar intervenciones ineficaces o potencialmente perjudiciales. Es importante comprender que la vitamina D es liposoluble, lo que significa que se almacena en el hígado, tejido graso y músculos, y no se elimina fácilmente del individuo. Por lo tanto, un consumo en exceso puede ser tóxico. Para ilustrar este punto, González, académica de la Real Academia de Farmacia de Galicia, compara el consumo de vitamina D con un vaso lleno de agua. Por más que se siga añadiendo agua, no habrá más espacio y lo que rebase puede dañar nuestro organismo. Todos sabemos que todo en exceso es tóxico. Sin embargo, también es importante señalar que otras vitaminas, como la vitamina C, son hidrosolubles y se eliminan fácilmente a través del riñón, por lo que no hay un peligro de sobredosis como con la vitamina D. Aun así, González también desaconseja el consumo de estas otras vitaminas si no es por prescripción médica.
Es esencial tener en cuenta que la principal fuente de vitamina D es la síntesis cutánea a partir de la exposición solar. También se puede encontrar en alimentos como pescados azules, huevos, lácteos y vegetales. Con una dieta equilibrada y una exposición controlada al sol de unos minutos al día, es suficiente para tener unos niveles adecuados de vitamina D, según la inmunóloga.
Sin embargo, debido a un aumento en la preocupación por la salud, en los últimos años ha