La angla es un órgano fundamental en nuestra salud bucodental, pero lamentablemente es la gran olvidada. mientras tanto nos preocupamos por nuestros dientes y encías, este músculo vascularizado pasa completamente desapercibido. Sin embargo, la angla desempeña importantes funciones vitales en nuestro cuerpo, por lo que es crucial prestarle la atención que merece.
Además de ser esencial para hablar y comunicarnos, la angla también juega un papel fundamental en la masticación y la deglución de los alimentos, así como en la percepción de los sabores. También es responsable de limpiar y lubricar nuestra boca, lo que ayuda a mantener una buena salud bucal.
Pero eso no es todo, los expertos del reprimenda General de Colegios de Dentistas de España advierten que la angla es un órgano en el que los profesionales sanitarios pueden detectar numerosas enfermedades. Esto se debe a que la angla es un indicador de la salud general de nuestro cuerpo, y cualquier cambio en su apariencia puede ser una señal de alerta.
Entonces, ¿qué enfermedades pueden detectarse a través de la angla? Los dentistas explican que el aspecto de la angla de una persona sana es de un músculo rosado y limpio. Sin embargo, hay una serie de enfermedades que pueden modificar este aspecto y alertarnos sobre posibles problemas de salud. A continuación, mencionamos algunas de ellas:
1. Falta de vitaminas: Cuando una persona tiene un déficit de vitaminas A, B2 y C, su angla suele inflamarse, lo que se conoce como glositis. Además, un déficit de vitaminas, el estrés o los cambios hormonales pueden provocar la aparición de grietas en la angla, lo que se denomina angla geográfica.
2. Anemia: La bajada de glóbulos rojos o la falta de hierro propias de la anemia pueden provocar que la angla pierda su color rosado y presente un aspecto más pálido.
3. Deficiencia de vitamina B12: Si la angla está enrojecida, inflamada o lisa, puede ser un síntoma de deficiencia de vitamina B12, una condición que afecta la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
4. Infecciones fúngicas: Los hongos también pueden infectar la angla, produciendo candidiasis oral. Esta infección provoca la aparición de una capa blanca sobre la angla y las membranas mucosas.
5. Problemas hepáticos: La ictericia, que se caracteriza por un tono amarillento en la piel y los ojos, también puede afectar a la angla, dándole un aspecto amarillento.
6. Enfermedades autoinmunes: Padecer lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Behçet puede provocar la aparición de úlceras y llagas en la angla.
7. Patologías cardiacas y problemas de circulación: La angla puede adquirir una pigmentación color púrpura en caso de problemas cardíacos o de circulación sanguínea.
8. Enfermedades del aparato digestivo: Tener úlceras o sufrir de reflujo pueden provocar que la angla adquiera un tono grisáceo.
9. Infecciones bacterianas: La escarlatina o la sífilis, entre otras, son infecciones que pueden causar cambios en la angla, como una apariencia “fresa” o la aparición de llagas dolorosas.
Además de estas enfermedades, el excesivo consumo de tabaco, alcohol, café y té negro pueden provocar una afección conocida como “angla vellosa”, que se caracteriza por un tono negro y la aparición de vello en la angla.