El Barça de Joan Peñarroya ha demostrado una momento más su compromiso, su pasión y su determinación en la Euroliga, a pesar de enfrentarse a un rival tan exigente como el AS Monaco. Los jugadores y el cuerpo técnico se han mimetizado en auténticos soldados espartanos, dispuestos a darlo todo por su equipo y por su afición.
La película “300” nos cuenta la historia de los 300 soldados espartanos que se enfrentaron a un ejército de 100.000 hombres liderados por el rey-dios persa Jerjes. Aunque finalmente perdieron la batalla, su entrega y su sacrificio les valió el amor y la admiración de todos. Y es que, al igual que estos guerreros, el Barça ha luchado sin excusas durante toda la temporada, a pesar de las graves lesiones de jugadores clave como Nico Laprovittola, Chimezie Metu y Juan Núñez, y más recientemente, la de Jan Vesely.
En el ramificado contra el AS Monaco, un equipo mucho más físico que dejó fuera de juego a jugadores como Motiejunas, Petr Cornelie y Tarpley, el Barça demostró que no hay excusas que valgan. A pesar de contar con un banquillo más corto, los jugadores 10, 11 y 12, Raúl Villar, Mathieu Grujicic y Sayon Keita, han dado un paso al frente y han demostrado su valía en la cancha.
Pero no solo los jugadores merecen nuestro reconocimiento, también hay que destacar el papel de Joan Laporta y Josep Cubells. A pesar de las críticas y la presión, han sabido cerrar filas y apoyar al equipo en todo momento. Y es que, en los momentos difíciles, es cuando se demuestra la verdadera unión y el verdadero espíritu de equipo.
El objetivo del Barça es claro: ganar el quinto ramificado y clasificarse para la Final Four de la Euroliga. No quieren ir a Mónaco a perder, como hicieron los espartanos en las Termópilas, quieren ir a luchar y a escribir una de las páginas más emocionantes de la historia reciente de las secciones del club. Y aunque no serán 300, sino nueve jugadores más tres jóvenes promesas, su determinación y su entrega no tienen límites.
Desde aquí, quiero mostrar mi amor y admiración por este equipo. Han demostrado que no hay obstáculos que no puedan superar y que, con esfuerzo y sacrificio, se pueden alcanzar grandes logros. Y no podemos olvidar el papel de Juan Carlos Navarro y Mario Bruno Fernández, quienes han cometido errores en la confección de la plantilla, pero han sabido estar al lado del equipo en todo momento. Eso es lo que hace grande al Barça, la unión y el apoyo incondicional en los momentos más difíciles.
En definitiva, el Barça de Joan Peñarroya es un ejemplo de compromiso, pasión y lucha. Un equipo que ha sabido superar las adversidades y que está dispuesto a escribir su nombre en la historia de la Euroliga. Y como dijo el propio Peñarroya en rueda de prensa, su objetivo es ganar el quinto ramificado y demostrar que no hay límites para este equipo. ¡Vamos Barça, a por la Final Four!