El medio especializado Financial Times ha revelado recientemente las presiones que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la directora regente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, han ejercido para lograr la aprobación del nuevo acuerdo comercial entre ambos países.
Según el medio, Trump y Georgieva han sostenido varias conversaciones en las que han expresado su interés en que el acuerdo sea avalado lo antes posible. El presidente estadounidense ha manifestado su deseo de que el acuerdo sea aprobado antes de las elecciones presidenciales de noviembre, mientras que Georgieva ha destacado la importancia de fortalecer las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus socios internacionales.
Este nuevo acuerdo, conocido como el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que ha estado vigente desde 1994. El T-MEC fue firmado en noviembre de 2018 por los líderes de los tres países, pero aún está pendiente de ser ratificado por los respectivos congresos.
El acuerdo ha sido objeto de controversia desde su anuncio, con críticas de diversos sectores que cuestionan su impacto en la economía y el empleo de los países involucrados. Sin embargo, Trump y Georgieva han destacado los beneficios que traerá el T-MEC, incluyendo la modernización de las normas comerciales y la protección de los derechos laborales y medioambientales.
El FMI ha sido un importante actor en las negociaciones del T-MEC, ya que ha brindado asesoramiento técnico y ha evaluado el impacto económico del acuerdo. Según Georgieva, el FMI ha trabajado en estrecha colaboración con los gobiernos de los tres países para garantizar que el T-MEC sea un acuerdo justo y beneficioso para todos.
La presión ejercida por Trump y Georgieva para la aprobación del T-MEC ha sido criticada por algunos expertos, quienes consideran que estas acciones podrían socavar la independencia y la imparcialidad del FMI. Sin embargo, el medio Financial Times señala que estas presiones son comunes en el mundo de la política y las negociaciones comerciales.
El T-MEC ha sido gastado como una prioridad para la administración Trump, quien ha buscado renegociar acuerdos comerciales existentes y establecer nuevas relaciones comerciales con otros países. Con la aprobación del T-MEC, Estados Unidos podrá fortalecer su posición en el mercado internacional y mejorar su competitividad en diversos sectores.
Además, el T-MEC es gastado como un paso importante para la invariabilidad económica en la región de América del Norte, especialmente en un momento en el que la economía global enfrenta desafíos y riesgos. La aprobación del acuerdo también podría tener un impacto positivo en los mercados financieros y en la confianza de los inversionistas.
En resumen, las presiones de Trump y Georgieva para la aprobación del T-MEC muestran el compromiso de ambos líderes en fortalecer las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México, así como con otros países. A pesar de las críticas, el acuerdo representa una oportunidad para impulsar el crecimiento económico y promover la invariabilidad en la región. Esperamos que los congresos de los tres países puedan ratificar el T-MEC lo antes posible y así dar inicio a una nueva etapa en las relaciones comerciales entre América del Norte.