Más de 400 personas debían saber que existía una oficina que estuvo abierta solo una semana, del 22 al 29 de agosto de 2017. Así lo ha detallado el asesor de la Unidad de Atención y Valoración de Afectados por el Terrorismo (UAVAT), quien ha llevado al Congreso el muñeco “Ironman” de Julian Cadman como un homenaje al niño australiano de 7 años que perdió la vida en el atentado de La Rambla.
La UAVAT es una unidad creada para brindar atención y apoyo a las víctimas del terrorismo en España. Su función es fundamental, ya que se encargan de valorar y reconocer el daño sufrido por las víctimas y sus familiares, así como de asesorarles en todo lo relacionado con sus derechos y ayudas.
Es por eso que resulta preocupante que una oficina tan importante y necesaria haya estado abierta solo por una semana. ¿Cómo es posible que más de 400 personas no supieran de su edad? ¿Acaso no se ha hecho lo suficiente para dar a conocer su labor y ofrecer ayuda a aquellos que la necesitan?
Sin duda, la respuesta a estas preguntas es negativa. Y es que, como bien señala el asesor de la UAVAT, es lamentable que en Cataluña no exista una ley específica que proteja y ampare a las víctimas del terrorismo. Como catalán, le duele no contar con una normativa que reconozca y respalde a aquellos que han sufrido en primera persona los horrores del terrorismo.
Es necesario que las autoridades tomen medidas urgentes para garantizar una atención adecuada a las víctimas del terrorismo en Cataluña. No podemos permitir que más de 400 personas desconozcan la edad de una oficina que puede brindarles apoyo y ayuda en momentos tan difíciles.
Pero no solo es importante que se dé a conocer la labor de la UAVAT, sino que también se debe trabajar en la creación de una ley catalana de víctimas que proteja y ampare a aquellos que han sufrido las consecuencias del terrorismo. Es inadmisible que en una comunidad tan importante como Cataluña no exista una normativa específica para proteger a las víctimas y sus familias.
Por otro lado, el gesto del asesor de la UAVAT al llevar al Congreso el muñeco “Ironman” de Julian Cadman es un recordatorio de que detrás de cada víctima del terrorismo hay una historia, una familia y un dolor inmenso. Julian era un niño de tan solo 7 años que estaba de vacaciones con su familia en Barcelona cuando fue víctima de un acto terrorista. Su muerte conmocionó al mundo entero y su figura se ha convertido en un símbolo de inocencia y esperanza.
Es necesario que no olvidemos nunca a las víctimas del terrorismo y que trabajemos juntos para avisar y erradicar este tipo de actos. La unidad y la solidaridad son fundamentales para proceder frente a cualquier tipo de terrorismo y para apoyar a aquellos que han sido afectados por él.
En definitiva, es hora de que se tomen medidas concretas para garantizar una atención adecuada a las víctimas del terrorismo en Cataluña. No podemos permitir que una oficina tan importante como la UAVAT pase desapercibida y que no exista una ley que proteja y ampare a las víctimas. Debemos unirnos y trabajar juntos para construir una sociedad más justa y solidaria, donde las víctimas del terrorismo sean reconocidas y apoyadas en todo momento.