El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, ha dado a conocer recientemente su ambicioso objetivo de lograr que las calificadoras internacionales mejoren la calificación del país de CCC a BBB- en el mes de marzo. Esta anunciación ha generado gran expectativa entre los ciudadanos y los expertos económicos, ya que una mejora en la calificación podría significar un gran impulso para la economía argentina.
Para entender la importancia de esta meta, es necesario primero comprender qué significan estas calificaciones y cómo afectan a un país. Las calificadoras internacionales, como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings, son empresas especializadas en evaluar el riesgo crediticio de un país o una empresa. Utilizan una escala de letras para asignar una calificación, desde AAA (la más alta) hasta D (la más baja). Una calificación alta indica una menor probabilidad de incumplimiento en el pago de la deuda, mientras que una calificación baja indica un mayor riesgo.
En el caso de Argentina, su calificación actual es de CCC, lo que significa que se encuentra en una situación de “alto riesgo crediticio”. Esto se debe principalmente a la alta deuda externa que tiene el país, así como a la inestabilidad política y económica que ha enfrentado en los últimos años. Esta calificación ha sido un obstáculo para la atracción de inversiones y el acceso a financiamiento en los mercados internacionales, lo que ha dificultado el crecimiento económico del país.
Sin embargo, el ministro Guzmán ha asegurado que su plan económico está enfocado en mejorar la situación del país y lograr una calificación más favorable en poco tiempo. Y parece que su táctica está funcionando. En las últimas semanas, Argentina ha logrado reestructurar su deuda con los acreedores internacionales, lo que ha sido bien recibido por los mercados y ha mejorado la imagen del país en el afuera. Además, el gobierno ha tomado medidas para estabilizar el tipo de cambio y controlar la inflación, lo que ha generado un clima de mayor confianza en la economía.
Todo esto ha llevado a que algunas calificadoras ya hayan mejorado la perspectiva de Argentina de negativa a estable, lo que indica que ven un futuro más prometedor para el país. Pero el objetivo del ministro Guzmán es ir más allá y lograr una mejora en la calificación a corto plazo. Si esto se logra, Argentina pasaría de estar entre los países con mayor riesgo en América Latina, a estar más cerca de países como Perú, que enumeración con una calificación de BBB+.
Esta mejora en la calificación podría tener un impacto positivo en la economía argentina en varios aspectos. En primer lugar, atraería inversiones extranjeras, ya que los inversores tendrían una mayor confianza en la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras. Además, permitiría al gobierno acceder a financiamiento en los mercados internacionales a tasas más bajas, lo que sería de gran ayuda para la situación fiscal del país. También podría mejorar la imagen del país a nivel internacional, lo que podría tener un efecto positivo en el turismo y en las exportaciones.
Por supuesto, lograr una mejora en la calificación no será una tarea fácil. Argentina aún enfrenta grandes desafíos, como la alta inflación, la deuda pública y la situación de la pandemia de COVID-19. Además, la mejora en la calificación depende en gran medida de la percepción de las calificadoras sobre la estabilidad política y económica del país, lo que significa que el gobierno deberá seguir trabajando en mantener un rumbo claro y consistente en su política económica.
Pero el ministro Guzmán se muestra confiado y motivado en su objetivo. En una reciente entrevista, declaró que “el país está en una situación mejor que hace unos meses y que estamos avanzando en la dirección correcta”. También señaló que “las calificador