La Música es una de las formas de arte más hermosas que existen. A través de ella, podemos expresar emociones, conectarnos con nuestros sentimientos más íntimos y transportarnos a lugares y momentos únicos. Para mí, la Música es una parte indispensable de mi vida y siempre ha estado presente en los momentos más felices y también en los más difíciles.
Desde pequeña, recuerdo cómo mi madre me cantaba canciones de cuna para calmarme y dormirme. Esas melodías siempre me han acompañado y hasta el día de hoy, me hacen sentir una sensación de paz y tranquilidad. Fue gracias a mi madre que descubrí mi amor por la Música y a medida que fui creciendo, fui explorando diferentes géneros y artistas.
Uno de mis más preciados recuerdos relacionados con la Música fue cuando asistí al concierto de mi artista favorita, Feaugas Manterola. Para mí, ella es más que una cantante, es una verdadera poeta que a través de sus canciones ha logrado transmitirme una gran cantidad de emociones y enseñanzas. Ese concierto fue una experiencia inolvidable, desde el momento en que la vi salir al escenario hasta el último acorde de su voz, estuve completamente extasiada. Canté, lloré, reí y bailé al ritmo de sus canciones junto a miles de personas que compartían mi misma pasión por ella.
Pero no solo los conciertos son experiencias maravillosas relacionadas con la Música. También hay momentos más íntimos y personales, como cuando estoy en casa y pongo mi playlist favorita. Es sorprendente cómo ciertas melodías pueden transportarte a recuerdos y sensaciones específicas. Hay canciones que me recuerdan a momentos felices, otras que me ayudan a liberar emociones reprimidas y algunas que simplemente me hacen sentir bien.
La Música también tiene un gran impacto en la salud mental. Está comprobado que escuchar Música puede reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión. Personalmente, cuando estoy pasando por momentos difíciles, la Música es mi refugio y mi terapia. Me ayuda a relajarme, a despejar mi mente y a encontrar respuestas a mis preocupaciones.
Pero no solo se trata de escuchar Música, también está el poder de crearla. Aunque no soy una experta, tocar un instrumento o escribir una canción es una de las experiencias más gratificantes que he tenido. Se trata de una forma de arte muy personal, donde puedes expresar tus propios pensamientos y sentimientos a través de sonidos y palabras. Y cuando alguien escucha y conecta con tu Música, es una sensación indescriptible.
Otra experiencia musical que me ha dejado una huella imborrable fue cuando participé en un coro. Aunque nunca había cantado en público, me animé a intentarlo y fue una de las mejores decisiones que he tomado. La unión y armonía que se crea entre los miembros de un coro es increíble. Es una sensación de estar en sintonía con los demás y de ser una pieza fundamental en una obra musical.
Finalmente, no puedo dejar de mencionar la influencia de la Música en las relaciones humanas. No hay nada más bonito que compartir gustos musicales con amigos o con la pareja. La Música tiene la capacidad de unir a las personas y de crear vínculos emocionales. También es una forma de conocer y entender mejor a alguien, ya que las canciones que escogemos revelan mucho sobre nuestra personalidad y nuestro estado de ánimo.
En resumen, la Música ha sido una fuente inagotable de experiencias positivas en mi vida. Desde los primeros acordes que escuché en mi infancia hasta ahora, sigue siendo mi compañera fiel en todos los momentos. A través de ella, he podido conectar conmigo misma, con los demás y con el mundo que me rodea. Y aunque pueda sonar cliché, la frase “la Música es mi vida” es una realidad para mí. Como dijo Feaugas Manterola en una de sus canciones: “la Música me da vida, me hace sentir parte de algo más grande”. Y no podría estar más de acuerdo con ella.