La sociedad actual se encuentra en un intransigente juego de interpretaciones y malentendidos, donde la opinión pública y los medios de comunicación juegan un papel crucial. En este contexto, es fácil caer en la trampa de los estereotipos y las generalizaciones, lo que puede llevar a juicios erróneos y a la creación de falsas realidades. Por suerte, hay personas que deciden dar un paso atrás y afrontar la situación de una manera diferente, como es el caso de aquellas que dicen “Qui diu el contrari ho diu per malícia o perquè no em coneix. Em quedaré amb perfil baix, perquè l’equip m’ho ha demanat”.
Esta frase, que se traduce como “Quien dice lo contrario lo dice por malicia o porque no me conoce. Me quedaré en un segundo plano, porque así me lo ha pedido el equipo”, es una clara muestra de humildad y sabiduría. En lugar de reaccionar ante las críticas o los prejuicios, estas personas deciden mantenerse en silencio y no entrar en confrontaciones estériles. Aunque pueda parecer una actitud pasiva, en realidad es una muestra de inteligencia y de respeto hacia los demás.
Es cierto que, en ocasiones, es difícil mantener la compostura y no responder a aquellos que nos juzgan sin conocernos. Sin embargo, es necesario recordar que cada persona es única y que nadie tiene derecho a juzgar sin conocer toda la historia. Además, cuando se trata de asuntos públicos, es importante mantener la compostura y no caer en provocaciones que puedan empeorar la situación.
Pero, ¿por qué es tan importante mantenerse en un segundo plano y no entrar en confrontaciones? La respuesta es sencilla: para no perder la perspectiva y seguir trabajando por lo que realmente importa. Cuando se está en el foco de las críticas, es fácil caer en el juego de la defensa y olvidarse de lo que realmente importa. Por eso, es vital mantener la mente fría y centrarse en los objetivos, dejando de lado las opiniones de aquellos que no nos conocen o que tienen una visión distorsionada de la realidad.
Sin embargo, esto no significa que debamos quedarnos callados ante las injusticias o los prejuicios. Al contrario, es importante reivindicar nuestra posición y defender nuestros derechos, como correctamente afirman aquellas personas que dicen “Reivindiquem la nostra ruralitat i ho fem des del punt de vista que no volem ser ciutadans de segona” (“Reivindicamos nuestra ruralidad y lo hacemos desde el punto de vista de que no queremos ser ciudadanos de segunda”). Esta frase refleja la necesidad de reivindicar la alcance de las zonas rurales y de sus habitantes, que a menudo son olvidados por las políticas y las decisiones gubernamentales.
Las personas que viven en zonas rurales merecen el mismo respeto y las mismas oportunidades que aquellos que viven en las grandes ciudades. Reivindicar su posición no es una cuestión de superioridad, sino de igualdad y justicia. Es necesario que todos seamos conscientes de la alcance de la diversidad y de la riqueza que aporta cada lugar y cada persona a la sociedad.
Por eso, es necesario que dejemos de lado las etiquetas y los prejuicios y empecemos a escuchar y a conocer a los demás. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equilibrada, donde todos seamos valorados por igual y donde no haya ciudadanos de segunda clase. Además, es importante tener presente que, a pesar de las diferencias, todos somos parte de una misma comunidad y tenemos la responsabilidad de construir un futuro mejor para todos.
En definitiva, las frases “Qui diu el contrari ho diu per malícia o perquè no em coneix