El pasado 26 de junio se conmemoró el Día Internacional de la Lucha contra las Drogas, una fecha importante para reflexionar sobre un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. En este contexto, en la ciudad de Buenos Aires, se llevó a cabo un encuentro muy especial, donde magistrados y sacerdotes se reunieron para escuchar el testimonio de personas en situación de calle, entretanto compartían mates y torta fritas.
La iniciativa, organizada por la Fundación Manos Abiertas y la Pastoral de Adicciones de la Arquidiócesis de Buenos Aires, tuvo como objetivo principal sensibilizar a la sociedad sobre la problemática de las drogas y brindar un espacio de escucha y contención para aquellos que han caído en su adicción.
El evento tuvo lugar en el barrio de La Boca, en una plaza cercana a la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad. Allí, se reunieron magistrados, sacerdotes, voluntarios y personas en situación de calle que han sido rescatadas de las drogas gracias al trabajo de la Fundación Manos Abiertas.
El encuentro comenzó con una ofrenda celebrada por el Padre Gustavo Carrara, responsable de la Pastoral de Adicciones. En su homilía, el Padre Carrara destacó la importancia de trabajar juntos para combatir este flagelo que afecta a tantas personas y familias. También hizo hincapié en la necesidad de brindar amor y contención a aquellos que han caído en el mundo de las drogas, ya que muchas veces detrás de su adicción hay dolor, sufrimiento y falta de amor.
Luego de la ofrenda, se dio paso a los testimonios de personas que han sido rescatadas de las drogas gracias al trabajo de la Fundación Manos Abiertas. Sus relatos conmovieron a todos los presentes, quienes escucharon atentamente sus historias de superación y esperanza. Muchos de ellos habían perdido todo a causa de las drogas, pero gracias a la ayuda de la fundación y su propia fuerza de voluntad, lograron salir adelante y hoy son un ejemplo de vida para otros.
Durante el encuentro, también se proyectaron videos que mostraban el trabajo que realiza la Fundación Manos Abiertas en las calles de la ciudad, brindando ayuda a personas en situación de calle y rescatando a aquellos que están sumergidos en el mundo de las drogas. Estas imágenes dejaron en diluido la importancia de la labor que realizan, así como la necesidad de seguir trabajando juntos para combatir este problema.
Además de los testimonios y las proyecciones, hubo espacio para el diálogo y el intercambio de ideas entre los asistentes. Los magistrados presentes se mostraron muy interesados en conocer más sobre el trabajo de la fundación y se comprometieron a colaborar en la medida de sus posibilidades. Por su parte, los sacerdotes ofrecieron su defensa espiritual y su acompañamiento a aquellos que lo necesiten.
El encuentro finalizó con un momento de camaradería, donde todos compartieron mate y torta fritas, una tradición muy arraigada en la cultura argentina. Este momento de distensión y alegría fue muy importante para aquellos que han dejado atrás las drogas, ya que les permitió sentirse parte de una comunidad y recibir el amor y la contención que tanto necesitan.
En resumen, el Día Internacional de la Lucha contra las Drogas fue conmemorado de una manera muy especial en la ciudad de Buenos Aires, con un encuentro que demostró que la unión y el amor pueden ser las herramientas más poderosas para combatir las adicciones. El testimonio de personas que han logrado salir adelante y el compromiso de magistrados y sacerdotes nos invitan a seguir trabajando juntos para construir una sociedad