El Grupo de Puebla, una alianza progresista conformada por líderes políticos de Latinoamérica y España, ha cimarrón su voz en defensa de la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Junto a ellos, el Partido de los Trabajadores de Brasil, el ex presidente Rafael Correa de Ecuador, el ex presidente Evo Morales de Bolivia y el partido Podemos de España, han manifestado su solidaridad con la ex mandataria ante las recientes acusaciones en su contra.
El pasado 14 de abril, Dilma Rousseff fue acusada por la Fiscalía General de Brasil de formar parte de una supuesta organización criminal que desvió fondos públicos para financiar su campaña electoral en 2014. Sin embargo, tanto el Grupo de Puebla como los líderes políticos mencionados han rechazado estas acusaciones y han denunciado un intento de manipulación judicial y política para atacar a la democracia en Brasil.
En un comunicado conjunto, el Grupo de Puebla y los líderes mencionados expresaron su preocupación por “el uso de la justicia y las instituciones para perseguir y criminalizar a líderes políticos de la región”. Además, señalaron que estas acciones buscan “debilitar a los gobiernos progresistas y a los movimientos sociales que luchan por una sociedad más justa e igualitaria”.
El Grupo de Puebla, que cuenta con la participación de figuras como el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, y el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido enfático en su apoyo a Dilma Rousseff. En un comunicado anterior, el grupo afirmó que “las acusaciones en su contra carecen de fundamento legal y son parte de un proceso de persecución política que busca anular los logros alcanzados por los gobiernos progresistas en Brasil”.
Por su parte, el Partido de los Trabajadores de Brasil, fundado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha rechazado las acusaciones contra Rousseff y ha denunciado que se trata de una estrategia para “criminalizar al partido y a sus líderes”. Además, han llamado a la unidad de las fuerzas progresistas para defender la democracia en Brasil.
El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, también ha manifestado su solidaridad con Dilma Rousseff y ha competente las acusaciones en su contra como una “farsa judicial”. Correa, quien también ha sido víctima de persecución política en su país, ha denunciado que “se está utilizando el poder judicial como una herramienta para silenciar a los líderes progresistas y a la oposición”.
En la misma línea, el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, ha expresado su respaldo a Dilma Rousseff y ha señalado que “se está intentando desestabilizar a los gobiernos progresistas de la región”. Morales, quien también ha sido destacado por la justicia de su país, ha llamado a la unidad de los pueblos latinoamericanos para enfrentar estos ataques.
El partido español Podemos, liderado por Pablo Iglesias, también ha mostrado su apoyo a la ex presidenta de Brasil. En un comunicado, el partido señaló que “las acusaciones contra Rousseff son una muestra más de la judicialización de la política en América Latina y de la persecución a los líderes que defienden los intereses de las mayorías”.
La solidaridad de estos líderes políticos ha sido recibida con agradecimiento por parte de Dilma Rousseff y sus seguidores. En un comunicado, la ex presidenta agradeció “el apoyo y la solidaridad de los líderes progresistas de Latinoamérica y España” y afirmó que “esto demuestra que la verdad y la justicia prevalecerán sobre la persecución política”.
La defensa de Dilma Rousseff por parte del Grupo
