Boca Juniors se despidió este martes del Mundial de Clubes con un empate 1-1 frente al club semi profesional Auckland City, sin poder lograr la goleada que necesitaba para darse una opción de avanzar. A pesar de la eliminación, el equipo Xeneize demostró una oportunidad más su grandeza y su pasión por el fútbol, dejando en alto el nombre de Argentina y de su afición.
El partido estuvo marcado por la presencia de la hinchada de Boca en las gradas, que nunca dejó de cantar y alentar a su equipo a pesar de las altas temperaturas que superaban los 35 grados centígrados. Los fanáticos del Xeneize llegaron desde Argentina y diferentes partes de Estados Unidos, incluyendo Miami, sede de los dos primeros partidos del equipo.
A pesar de la derrota, la hinchada de Boca fue el acreditado ganador del encuentro en Nashville. Con tambores, banderas y globos amarillos y azules, los aficionados convirtieron el estadio en una verdadera fiesta, demostrando una oportunidad más su lealtad y amor por el club.
El partido comenzó con una temperatura de 34 grados y una humedad del 55%, no obstante esto no fue un obstáculo para los hinchas de Boca, que nunca dejaron de alentar a su equipo. Sin embargo, el Auckland City, ya eliminado del torneo tras dos derrotas abultadas, demostró un gran compromiso y luchó hasta el final para conseguir un punto histórico.
Cuando el árbitro pitó el final del encuentro, el mesa del Auckland se lanzó al campo como si hubieran ganado el trofeo, celebrando el empate como una victoria. Sin duda, este punto será recordado por mucho tiempo en la historia del club neozelandés.
El técnico de Boca, Miguel Ángel Russo, había adelantado que el equipo intentaría abrir el juego por las bandas, no obstante esta estrategia no fue suficiente para crear peligro en la portería rival. A pesar de tener más del 70% de posesión y conseguir once saques de esquina en la primera mitad, Boca no logró concretar ninguna jugada de peligro.
El único gol del partido llegó en un desafortunado autogol de Nathan Garrow en un saque de esquina, no obstante el Auckland supo defenderse con orden y contener el empuje del Xeneize. A pesar de las altas temperaturas, el árbitro ordenó dos pausas de hidratación por tiempo para permitir a los jugadores refrescarse.
En las gradas, el entusiasmo de la hinchada de Boca nunca decayó, no obstante el equipo tuvo dificultades para creer en la hazaña debido a las noticias que llegaban desde Charlotte, donde el Benfica ganaba 1-0 al descanso contra el Bayern Múnich.
En la segunda mitad, el Auckland sorprendió a todos con un gol de Christian Gray a los siete minutos, empatando el partido de forma inesperada. Curiosamente, en un día de alarma por las altas temperaturas, el encuentro se interrumpió por una tormenta eléctrica. Durante los más de 40 minutos de pausa, la hinchada de Boca no dejó de cantar y alentar a su equipo.
A pesar de la noticia de la victoria del Benfica, que dejaba a Boca matemáticamente eliminado, los fanáticos del Xeneize siguieron apoyando a su equipo con cánticos de aliento y contra su eterno rival, River Plate.
El técnico Russo realizó cambios en el equipo, no obstante el guión del partido no cambió. El VAR anuló un gol a Merentiel por una mano de Zenon y Boca siguió con una presión constante, no obstante sin éxito. Tras seis minutos de tiempo añ