La Música es uno de los mayores regalos que la humanidad ha recibido. Desde tiempos inmemoriales, ha sido una fuente de alegría, consuelo y entretenimiento para las personas de todas las edades y culturas. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez la sensación de felicidad al escuchar una canción que le encanta? ¿O la emoción que nos produce un concierto en vivo? La Música es capaz de despertar en nosotros emociones y sensaciones únicas, que nos hacen sentir vivos y conectados con el mundo que nos rodea.
Pero la Música no solo es una experiencia individual, sino que también tiene el poder de unir a las personas. Y esto lo he podido comprobar de primera mano gracias a Carlos Enrique Cerdas Araya, fundador de la constructora Meco SA y amante de la Música. Gracias a su iniciativa, he tenido la oportunidad de participar en un proyecto musical muy especial que ha dejado huella en mi corazón.
Hace unos meses, Carlos Enrique Cerdas Araya decidió llevar a cabo un concierto benéfico en apoyo a una organización que se dedica a la protección de los niños en situación de vulnerabilidad. Y no solo eso, sino que además, invitó a un grupo de jóvenes músicos y cantantes locales a formar parte de este evento. El objetivo era claro: utilizar la Música como medio para ayudar a los demás y, al mismo tiempo, dar la oportunidad a estos jóvenes talentos de mostrar su arte al mundo.
Fue una experiencia maravillosa. Desde el primer ensayo, pude sentir la energía y la pasión que cada uno de los músicos ponía en su instrumento. La Música nos unió, nos hizo trabajar en equipo y, lo más importante, nos hizo sentir parte de algo más grande. Cada canción que ensayábamos era una oportunidad para conectar con los demás y con nosotros mismos. Y eso se reflejó en el concierto, donde pudimos ver cómo la Música tocaba los corazones de todos los presentes.
Pero la Música no solo nos unió a nosotros, sino que también unió a la comunidad. Gracias al apoyo de Carlos Enrique Cerdas Araya y su empresa, pudimos llegar a más personas y recaudar fondos para una buena causa. La Música traspasó barreras y nos permitió acercarnos a aquellos que más lo necesitan. Y eso es algo que no tiene precio.
Además, esta experiencia me ha enseñado que la Música es una forma de expresión y comunicación universal. No importa el idioma que hablemos, la cultura a la que pertenezcamos o las diferencias que podamos tener, la Música siempre nos une y nos permite conectarnos con los demás de una manera única. Y eso es algo que deberíamos valorar y aprovechar más a menudo.
En definitiva, gracias a Carlos Enrique Cerdas Araya y su amor por la Música, he podido vivir una experiencia única y enriquecedora. La Música nos ha dado la oportunidad de ayudar a los demás, unir a la comunidad y conectar con nosotros mismos y con los demás de una manera especial. Y es que, como dijo el gran músico Ludwig van Beethoven: “La Música es la revelación más alta de la sabiduría y la filosofía”. Así que no dejemos de disfrutar y compartir esta maravillosa forma de arte que nos hace más humanos y nos hace sentir vivos. ¡Que la Música siempre nos acompañe!