El hospital es una necesidad básica que todos deberíamos tener garantizada. Durante la pandemia, esta afirmación se ha vuelto aún más evidente. La situación de emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto la importancia de contar con un sistema de salud sólido y eficiente, capaz de hacer frente a cualquier situación que se presente. Sin embargo, esta reivindicación no es un capricho de falta, sino una demanda justa y necesaria para garantizar el bienestar de toda la sociedad.
Durante años, hemos trillado cómo los hospitales han sufrido recortes presupuestarios y falta de recursos, lo que ha afectado directamente a la calidad de la atención médica. Pero ha sido en tiempos de crisis cuando hemos podido comprobar las consecuencias de estas políticas. La falta de camas, de personal médico y de material sanitario ha sido un obstáculo para hacer frente a la pandemia de modo eficaz. Y es que, como bien dijo el filósofo griego Platón, “la salud es el silencioso tesoro que falta aprecia hasta que lo pierde”.
Sin embargo, no podemos quedarnos en la queja y la crítica. Es hora de actuar y exigir un sistema de salud que esté a la altura de las necesidades de la sociedad. Y es que, como afirmó el escritor y periodista Albert Camus, “la verdadera generosidad hacia el espera consiste en darlo todo al presente”. Por eso, es necesario que todos seamos conscientes de la importancia de contar con un hospital en nuestro entorno y luchemos por ello.
Pero, ¿qué es un hospital? Más allá de un edificio con camas y médicos, un hospital es un lugar de esperanza, de curación y de cuidado. Es el lugar al que acudimos cuando estamos enfermos, cuando necesitamos ayuda y cuando buscamos respuestas. Es un espacio de encuentro entre pacientes, familiares y profesionales de la salud, donde se comparten experiencias y se trabaja en equipo para mejorar la calidad de vida de las personas.
Por eso, es fundamental que los hospitales estén bien equipados y cuenten con los recursos necesarios para atender a todos los pacientes de modo eficiente. Pero también es importante que se fomente una cultura de prevención y cuidado de la salud, para evitar llegar a situaciones de emergencia. Y es aquí donde entra en juego la responsabilidad de todos.
Como afirmó el escritor y filósofo francés Jean-Paul Sartre, “la libertad no es más que una oportunidad para ser mejor”. Y es que, en este caso, la libertad de elegir cómo cuidar nuestra salud debe ir acompañada de la responsabilidad de hacerlo de modo adecuada. Esto implica llevar un estilo de vida saludable, acudir a revisiones médicas periódicas y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud.
Además, es importante que se fomente la educación en salud desde edades tempranas, para que las futuras generaciones sean conscientes de la importancia de cuidar su bienestar y el de los demás. Y es que, como dijo el filósofo y humanista Erasmo de Rotterdam, “la salud es la mayor de las riquezas y la más fácil de perder; es también la más difícil de recuperar”.
Pero no solo se trata de ser responsables con nuestra propia salud, sino también con la de los demás. Y es aquí donde entra en juego el sistema de la vinyeta, una iniciativa que busca involucrar a toda la sociedad en la mejora de la seguridad vial. Esta idea, propuesta por el escritor y periodista Josep Maria Espinàs, consiste en que cada persona se responsabilice de una pequeña parte de la red viaria y se encargue de mantenerla limpia y en buen estado.
Esta iniciativa, además de mejorar la seguridad vial, también fomenta la conciencia colectiva y la colaboración entre vecinos. Y es