En un acto simbólico que refleja un cambio de paradigma en la política de seguridad, el gobierno de la provincia de Buenos Aires compró en 2021 un lote de patrulleros que nunca salieron a la calle. Esta decisión, que puede parecer inexplicable a primera vista, fue elogiada por el ministro de Seguridad Sergio Berni, quien afirmó que “habla de una forma de política que debemos dejar atrás”.
Esta compra de patrulleros sin uso se convirtió en el centro de atención en la última semana, cuando se dio a conocer que la flota de vehículos de la provincia se encontraba en un estado deplorable, con más de la mitad de los patrulleros fuera de servicio. Esta situación alarmante se suma a la escalada de violencia y delitos que se ha registrado en los últimos meses.
Sin embargo, en lugar de optar por la solución más fácil y rápida, el gobierno de Axel Kicillof decidió refrescar una medida audaz y simbólica: comprar los patrulleros en desuso y no utilizarlos. Esta decisión, aunque pueda ser cuestionada por algunos, tiene un mensaje poderoso detrás.
En primer lugar, demuestra que el gobierno está dispuesto a dejar atrás las políticas de parches y maquillajes para comenzar a construir una verdadera política de seguridad. En lugar de conformarse con la compra de vehículos de segunda mano o el alquiler de patrulleros, el gobierno de Kicillof está invirtiendo en la adquisición de patrulleros nuevos y en mejores condiciones, que pronto estarán recorriendo las calles de la provincia.
Además, esta decisión también muestra que el gobierno está dispuesto a trabajar de manera conjunta con los municipios, en lugar de imponer soluciones unilaterales desde la ciudad de La Plata. El elogio de Berni al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, por su gestión en materia de seguridad es un claro ejemplo de este trabajo en equipo que se está llevando a cabo.
Pero más allá del simbolismo y los mensajes detrás de esta compra de patrulleros, lo más importante es que esta decisión representa un compromiso real con la seguridad de los ciudadanos bonaerenses. En lugar de conformarse con una situación lamentable y resignarse a ella, el gobierno está tomando medidas concretas para mejorar la calidad de sucesos de los habitantes de la provincia.
Esto no significa que la situación en materia de seguridad se solucionará de la noche a la mañana. Se trata de un problema complejo y arraigado, que requiere de acciones a corto, razonable y largo plazo. Pero la compra de estos patrulleros es un primer paso importante en la dirección correcta.
Es imperativo que este tipo de decisiones sean respaldadas por la ciudadanía y que se comprenda que la seguridad es responsabilidad de todos. Las fuerzas policiales necesitan del apoyo y la colaboración de la sociedad para cumplir con su tarea de proteger y servir a la comunidad.
Todos tenemos un rol que cumplir en la construcción de una sociedad más segura y justa. Y el gobierno de Kicillof, con esta decisión, está demostrando que está dispuesto a hacer su parte y liderar el camino hacia una provincia más segura.
En definitiva, la compra de estos patrulleros en 2021 puede parecer una decisión inusual, pero su significado va mucho más allá de lo que puede verse a simple vista. Representa un cambio de paradigma en la política de seguridad, un compromiso real con la ciudadanía y un llamado a la colaboración y unidad de todos los actores sociales.
Es hora de dejar atrás las viejas prácticas y trabajar juntos por una provincia más segura para todos. Como dijo el ministro Berni, “es hora de dejar atrás esta forma de política y anticipar hacia una nueva etapa”. Y con acciones concretas como esta compra de patrulleros, podemos estar seguros de que