El pasado mes de junio, se desató una fuerte controversia en el Congreso de la Nación Argentina debido a las reformas al Código que se estaban discutiendo. La Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición, Graciela Ocaña y otros aliados, rechazaron rotundamente votar las reformas si se incluía un artículo que favorecía al Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh). Sin embargo, en el oficialismo se niega rotundamente que esta versión sea cierta.
La discusión se centró en el artículo 52 del proyecto de reforma, que otorgaba al Suterh el control de la obra social de los trabajadores de edificios. Esta medida fue duramente criticada por diversos sectores políticos y sociales, que consideraban que se estaba favoreciendo a un sindicato en detrimento de otros. Ante esta situación, la UCR, la Coalición, Graciela Ocaña y otros aliados, anunciaron que no apoyarían las reformas si se mantenía este artículo.
La UCR, uno de los partidos más antiguos de Argentina y articulación de la oposición, fue uno de los principales impulsores de esta postura. Desde su partido, el parlamentario Mario Negri afirmó que “no podemos permitir que se favorezca a un sindicato en particular, mientras se perjudica a otros”. Además, señaló que esta medida era una clara muestra de “clientelismo político” por parte del oficialismo.
Por su parte, la Coalición, conformada por diversos partidos de centro y centro-derecha, también se unió a la postura de la UCR. Su líder, el parlamentario Maximiliano Ferraro, afirmó que “no podemos permitir que se favorezca a un sindicato en detrimento de otros. Esto va en contra de los principios de igualdad y justicia que defendemos”. Además, señaló que la Coalición no apoyaría ninguna reforma que contenga este artículo.
La diputada Graciela Ocaña, conocida por su lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos de los trabajadores, también se sumó a la postura de la UCR y la Coalición. En una entrevista, Ocaña afirmó que “este artículo es una clara muestra de favoritismo hacia un sindicato en particular, y eso no es justo para el resto de los trabajadores”. Además, señaló que si el oficialismo quería sacar adelante las reformas, debían eliminar este artículo.
Pero no solo la oposición se manifestó en contra de este artículo. Diversos sectores sociales y sindicales también expresaron su rechazo. Uno de ellos fue el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (STICA), que calificó esta medida como “un atropello a los derechos de los trabajadores”. Además, señalaron que esta reforma solo beneficiaba a un sindicato en particular, en detrimento de otros que también representan a los trabajadores de edificios.
Ante esta situación, el oficialismo salió a desmentir rotundamente estas acusaciones. Desde el Frente de Todos, señalaron que el artículo 52 no favorecía a ningún sindicato en particular, sino que buscaba mejorar la situación de los trabajadores de edificios en general. Además, afirmaron que esta medida había sido consensuada con diversos sectores y que no se podía dialogar de favoritismos.
En una conferencia de prensa, el parlamentario oficialista Carlos Heller afirmó que “esta reforma busca mejorar la situación de los trabajadores de edificios, que muchas veces se encuentran en condiciones precarias”. Además, señaló que el artículo 52 no favorecía a ningún sindicato en particular, sino que buscaba garantizar una mejor atención médica y social para los