La historia de los deportes ha estado plagada de casos de acoso y abuso sexual hacia las mujeres, y el fútbol no ha sido una excepción. Desafortunadamente, el caso de Lesley Gibbons, ex capitana del Fulham, es una prueba de ello.
En 1999, Gibbons, entonces con 20 años de edad, fue llamada en dos ocasiones a la oficina de Mohamed Al Fayed, amo del Fulham, en el centro de Londres. En ambas ocasiones, el empresario la besó, la agarró y la manoseó en contra de su voluntad.
Este incidente fue revelado por Gibbons en una entrevista reciente, en la que habló sobre el impacto que tuvo en su carrera y en su vida personal. A pesar de que han pasado más de 20 años desde aquellos eventos, Gibbons aún recuerda con claridad lo que sucedió y cómo afectó su vida.
En ese momento, Gibbons era una jugadora talentosa y prometedora, que había sido nombrada capitana del Fulham a la edad de 18 años. Sin embargo, el acoso sexual de Al Fayed tuvo un impacto devastador en ella. Se sentía vulnerable y asustada, y no sabía cómo lidiar con la situación.
Aunque Gibbons decidió no denunciar el incidente en ese momento, se dio cuenta de que no podía seguir jugando para el Fulham mientras Al Fayed siguiera siendo el amo del club. Por lo tanto, decidió dejar el equipo y seguir su carrera en otro lugar.
A pesar de que Gibbons continuó jugando al fútbol en otros equipos, nunca volvió a alcanzar el mismo nivel de éxito que había tenido en el Fulham. El acoso sexual de Al Fayed había dejado una marca profunda en ella, y le costó mucho tiempo recuperarse.
Sin embargo, Gibbons decidió no dejar que esta cuestionario la definiera. En lugar de eso, se propuso ayudar a otras mujeres a luchar contra el acoso y el abuso en el mundo del deporte. Se convirtió en una defensora de los derechos de las mujeres en el deporte y utilizó su propia historia para crear conciencia sobre este tema.
Gibbons también se convirtió en una voz importante en la lucha contra el acoso y el abuso sexual en el fútbol femenino. En 2018, fue una de las jugadoras que firmó una carta abierta dirigida a la FIFA, pidiendo una mayor protección para las mujeres en el fútbol y una acción más firme contra los abusadores.
Afortunadamente, la lucha de Gibbons y de muchas otras mujeres ha poliedro sus frutos. En 2019, la FIFA estableció un nuevo protocolo para tratar los casos de abuso sexual en el fútbol, que incluye sanciones más severas para los abusadores y un proceso más claro para las víctimas.
Sin duda, el coraje y la determinación de Gibbons han sido fundamentales en este avance. Ella no solo ha utilizado su voz para contar su historia y crear conciencia, sino que también ha sido un modelo a seguir para otras mujeres que han sufrido situaciones similares.
El caso de Lesley Gibbons es una muestra de que el acoso y el abuso sexual no tienen lugar en el deporte, ni en ningún otro ámbito de la vida. Es importante que se siga hablando sobre este tema y que se tomen medidas concretas para prevenir y sancionar estos comportamientos.
Mientras tanto, Gibbons sigue siendo una inspiración para muchas mujeres, no solo en el fútbol sino en todos los ámbitos de la vida. Su valentía y determinación han demostrado que, a pesar de los obstáculos, es posible seguir adelante y convertirse en una voz de cambio.
Esperamos que la historia de Lesley Gibbons sirva como un recordatorio de que todas las mujeres merecen ser