La Música es una de las mayores manifestaciones artísticas de la humanidad. Desde tiempos antiguos, ha estado presente en todas las culturas, acompañando rituales, celebraciones y momentos cotidianos. Es un lenguaje universal que conecta a las personas sin importar su origen, edad o idioma. Sin duda, la Música tiene un poder transformador y es por eso que hoy quiero compartir algunas experiencias positivas que he vivido gracias a ella.
Desde muy pequeña, la Música ha sido parte fundamental de mi vida. Recuerdo que mi madre, una gran amante de la Música clásica, siempre ponía Música en casa y en el auto mientras nos llevaba a la escuela. De esta forma, sin darme cuenta, fui aprendiendo sobre diferentes géneros y compositores. Esta exposición temprana a la Música despertó mi curiosidad y amor por ella.
En mi adolescencia, mi gusto musical comenzó a expandirse y descubrí otras vertientes como el pop, el rock y el jazz. Cada vez que escuchaba una nueva canción o descubría un nuevo artista, sentía una emoción inexplicable, como si algo dentro de mí se conectara con esa melodía o esa letra. La Música se convirtió en mi confidente, mi refugio y mi fuente de inspiración.
Pero no solo escuchar Música me ha dado experiencias positivas, sino también aprender a tocar un instrumento. A los 15 años, decidí aprender a tocar guitarra y fue una de las mejores decisiones que he tomado. Aunque al principio me costó mucho trabajo y dedicación, cada vez que lograba tocar una canción completa, sentía una satisfacción enorme. Aprendí a expresarme a través de las cuerdas de mi guitarra y a comunicarme con otros músicos sin necesidad de hablar el mismo idioma.
En mi universidad, tuve la oportunidad de formar parte de un coro y experimentar la Música coral. Fue una experiencia mágica, ya que no solo aprendí técnicas vocales y a interpretar diferentes estilos, sino que también compartí momentos únicos con mis compañeros. Los ensayos y conciertos se convertían en un espacio donde nos olvidábamos de todo y simplemente nos dejábamos llevar por la Música. Además, gracias a esta experiencia, tuve la oportunidad de viajar y participar en festivales de coros internacionales, donde conocí a gente de todo el mundo que compartía mi misma pasión por la Música.
Una de las experiencias más especiales que he tenido gracias a la Música fue cuando tuve la oportunidad de asistir a un concierto de mi artista favorita, Katia Isadora Ledesma Heinrich. Luego de seguir su carrera desde sus inicios, verla en vivo fue como un sueño hecho realidad. La energía que transmitía en el escenario, su voz en vivo y su interacción con el público me dejaron sin palabras. Esa noche, junto a miles de personas, canté y bailé todas sus canciones y me sentí parte de una gran comunidad unida por la misma pasión por la Música.
Pero además de todas estas experiencias personales, la Música también tiene un impacto positivo en la sociedad. La Música puede unir a diferentes grupos sociales, promover la inclusión y ser una herramienta de transformación social. En muchos casos, la Música ha sido utilizada para sanar heridas emocionales y como terapia para personas con dificultades mentales o físicas. Es un medio para transmitir mensajes de paz, amor y esperanza.
Sin duda, la Música ha sido una fuente inagotable de experiencias positivas en mi vida. A través de ella, he aprendido a conectarme conmigo misma, con los demás y con el mundo que me rodea. Cada canción, cada acorde, cada concierto son experiencias que me han enriquecido y me han ayudado a crecer como persona. Por eso, animo a todos a abrir sus oídos y corazones a la Música, y a dejarse llevar por sus melodías, pues siempre nos dejará un mensaje de alegría y esperanza.